El mundo VUCA en tiempos de Covid-19
mayo 14, 2020Hace unos días descubrí un termino que desconocía totalmente y desde entonces mi mente no ha dejado de generar ideas al respecto. En este post primero hablaremos del término VUCA, para aquellos que como yo no lo conocían, y luego les compartiré mi reflexión al respecto.
El acronimo fue creado por el U.S. Army War College tras el fin de la guerra fría. Les dejo un vídeo de un minuto que explicara un poquito mejor:
Ahora analizaremos este término a raíz de la situación del Covid-19, ya que resulta muy oportuno. Para el mercado la pandemia se ha traducido en un impactado de los cuatro elementos del VUCA, al mismo tiempo y de manera repentina. La humanidad esta sumida en un letargo económico, sanitario y emocional bastante complejo; lo que antes eran retos meramente transformacionales provocados por el avance de la técnica, se han vuelto desafíos aparentemente odiseicos para la sobrevivencia del género humano.
Ante la definición
de VUCA me surgen unas preguntas un tanto disruptivas:
¿Qué tiene de
diferente esta situación?
¿Sera cierto que
existe un mundo VUCA o solo es producto de nuestra percepción catastrófica?
Mi línea de pensamiento
va enfocada en el supuesto básico de la terapia cognitiva: “De que lo
importante no es lo que nos sucede, sino lo que pensamos de lo que nos sucede.”
Y me baso en esto, porque a lo largo de la historia en todo el tramo evolutivo,
el genero humano ha sabido salir adelante de situaciones iguales o aún más difíciles.
Logramos superar al Homoneandertal en la carrera evolutiva, a pesar de que poseían características en el desarrollo muy superiores a las del Homosapiens.
Nuestros ancestros se adaptaron al estilo nómadas, sin que esto significara un riesgo de extinción. Nos adaptamos a los cambios climáticos, llegando incluso a vivir en las condiciones más inhóspitas. Las incesantes y constantes guerras, así como las hambrunas se han incrustado en nuestro genoma. Pero, sobre todo hemos subsistido a sinfines de epidemias y desastres naturales.
Mostrando así que
filogenéticamente el ser humano esta diseñado para la sobrevivencia y la adaptación,
para lograr mejores condiciones de vida en las escasas oportunidades de existencia
que el planeta nos ha dado; y aun así perpetuar la especie.
Repito la pregunta:
¿qué tiene de diferente esta situación? Y me auto respondo: “NADA”
solo es una nueva oportunidad de adaptación evolutiva, nos abre una
novedosa faceta de lo que llamamos existir. Es el tiempo de que las empresas y
el sector productivo evolucionen a una nueva manera de generar riquezas, que
permita la perpetuación de la especie. Una manera que debe ser más amigable con
la misma naturaleza. Una permutación en la que importe, el valor más esencial
de todos: “humanidad”. Es el momento de sacar el máximo provecho de los
avances científicos y tecnológicos para cambiar el paradigma mundial, no que los
paradigmas nos cambien a nosotros.
El verdadero reto
que nos plantea el mundo VUCA, es el desprendernos de los
modos antiguos, que creíamos funcionales o perpetuos; para iniciar un proceso
de aprendizaje fuera de lo convencional. No es lo volátil, incierto, complejo o
lo ambiguo lo que nos paraliza; es la capacidad perdida de adaptación del “Homosapiens
modernus” el cual ha perdido parte de su sapiencia adaptativa y más aún ha
perdido el sentido de lo que es ser HUMANO.
Y finalizo con la última pregunta: ¿Sera cierto que existe un mundo VUCA o solo es producto de nuestra percepción? Pues considero que, si existe; pero no como un obstáculo, sino como una oportunidad de crecimiento y desarrollo. La humanidad tiende fácilmente al sedentarismo en todos los ámbitos (sociales, económicos físicos, emocionales y el mas peligro el romántico). Un mundo VUCA es el aliado de las mejores del hombre. Es el recurso escondido que nos saca de la zona de confort a un futuro más deseable y quizás aun no imaginado.
Por tanto, me
atrevo asegurar que no existirá el avance tecnológico, científico y económico de
la actualidad; si la volatilidad del mundo no estuviera con nosotros, si la incertidumbre
del futuro no hiciera sombra sobre el presente, si la complejidad de las
dificultades no nos arrojara al desarrollo de nuevas competencias, ni lo ambiguo
de las relaciones interpersonales nos llevará a ser más humano.




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